Los cigarrillos electrónicos pueden causar cambios en los
pulmones a corto plazo muy
parecidos a los cambios causados por los cigarrillos
normales
Los e-cigarrillos contienen sustancias idénticas a las que
lleva el cigarrillo convencional y sus efectos a largo plazo
son desconocidos
Los profesionales sanitarios
no recomiendan ni aprueban los cigarrillos
electrónicos ante la falta de pruebas y evidencia
científica que demuestren que
son seguros a largo plazo.
Los cigarrillos electrónicos
producen efectos sobre la vía aérea y son
potencialmente cancerígenos, siendo necesario más estudios
que determinen
su eficacia y seguridad.
En España aún no existe
ningún tipo de regulación para la venta de este
producto.
Australia y Canadá han
prohibido su venta.
Barcelona, 30 de septiembre de 2013.- Cada vez hay más personas
que usan el ecigarrillo como método para el abandono o sustitutorio del tabaco,
pero los
profesionales sanitarios no lo recomiendan ni lo aprueban
ante la falta de pruebas y
evidencia científica que demuestren que son eficaces y
seguros a largo plazo. Además,
debe tenerse en cuenta que el e-cigarrillo contiene
algunas sustancias idénticas a las
que lleva el cigarrillo convencional y por tanto, en estos
casos, han demostrado su
potencial cancerígeno a largo plazo. “Debido a la ausencia
de datos específicos en la
actualidad, se desconocen los efectos del e-cigarrillo en
este sentido, a largo plazo,
pero posiblemente sean potencialmente adversos, y
merecedores sin lugar a dudas, de
una profunda investigación”, argumenta el Dr. Segismundo
Solano, neumólogo y
coordinador del Área de Tabaquismo de la Sociedad Española
de Neumología y Cirugía
Torácica (SEPAR).
Los sanitarios aún desconocen todos los efectos de la
inhalación de los ingredientes en
los e-cigarrillos, especialmente teniendo en cuenta la
fuerte aspiración requerida y el
hecho que los usuarios diarios pueden inhalar un promedio
de 120 a 150 inhalaciones
diarias, durante meses y años. Los estudios han indicado
que los cigarrillos electrónicos
pueden causar cambios en los pulmones a corto plazo que
son muy parecidos a los
cambios causados por los cigarrillos normales. Los efectos
a nivel respiratorio se
pueden observar en un reciente estudio, donde se evaluó el
impacto del uso del ecigarillo en la función pulmonar, durante 10 minutos, en
pacientes no fumadores y en
fumadores sanos o con patología con obstrucción crónica de
la vía aérea (asma y
enfermedad pulmonar obstructiva crónica). “Los principales
resultados mostraron que
el cigarrillo electrónico aumentaba de forma inmediata la
resistencia de la vía aérea y
disminuía su poder conductor del aire a través de la
misma, siendo mayor su efecto en
el grupo de no fumadores y fumadores sanos. Estos serian
los efectos a corto plazo”,
argumenta Dr. Solano.
El hecho que sea un producto novedoso y que se pueda
encontrar con diferentes
gustos lo hace atractivo para los jóvenes. La revista American Jornal of Preventive
Medicine publicaba este año un estudio, realizado en Reino Unido,
Australia, Canadá y
en Estados Unidos; que determinaba que los jóvenes son los
que más consumen y más
conocimiento tienen sobre estos nuevos dispositivos. La
prevalencia de uso de los ecigarrillos fue más elevada entre los jóvenes, los
fumadores que no fuman a diario, con una renta más alta y que percibían el
e-cigarrillo como menos dañino que los cigarrillos tradicionales. En total, el
79,8% informó que utilizaban el e-cigarrillo porque lo consideraban menos
perjudicial que los cigarrillos tradicionales. El 75,4% afirmó que
utiliza el e-cigarrillo para ayudarles a reducir el
consumo del tabaco y el 85,1% informó
que lo utilizaba para el abandono del hábito.
En España aún no existe ningún tipo de regulación para la
venta de este producto. En
otros países han prohibido la venta del dispositivo a los
menores de edad, como en
España, y algunos países han prohibido su venta
completamente como Australia y
Canadá. La Organización Mundial de la Salud (OMS) advertía
la dificultad en la
regulación de los e-cigarrillos ya que se pueden quedar
fuera del ámbito de los
regímenes reguladores internos de los productos del
tabaco. Sin embargo, su creciente
popularidad y el hecho que se comercializan como
alternativas a fumar cigarrillos,
indican la necesidad de regularlos y establecer programas
adecuados de educación e
información para limitar su uso. Por este motivo, la OMS
recomienda que los ecigarrillos sean regulados como medicamentos, siempre que
tengan nicotina, y si no es posible,
someterlo a las mismas restricciones que el tabaco para asegurarse de que no vayan en detrimento del Convenio Marco para el
control del Tabaquismo, tratado
mundial del control y prevención del tabaquismo.
Los e-cigarrillos representan hoy dia una seria promesa como
competidores de los
cigarrillos tradicionales, aunque es evidente que se necesita de una
más amplia y
profunda investigación a largo plazo para detectar su tolerancia,
seguridad y eficacia.
Existe una evidencia de la creciente popularidad del consumo de los
cigarrillos
electrónicos. Se puede decir que están de moda. Se trata de
dispositivos electrónicos
que simulan al cigarrillo convencional, no emiten humo sino que
atomizan una
sustancia que puede contener nicotina, -sustancia reconocida como
capaz de generar
una fuerte adicción-, glicol de propileno y otros productos como
esencias menta,
vainilla, manzana, que se vende en formato de pequeños depósitos
desechables. En
vez de fumar se le denomina vapear por el vapor que emite muy similar
en apariencia
al humo del cigarro.
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