http://www.elmundo.es/elmundosalud/2013/10/24/codigosalud/1382617536.html
La 'Revista Médica', un mensual dirigido a los profesionales
sanitarios, en su último número publica un artículo interesante que lleva un
título bastante provocador: 'Sociedades Científicas, S.A.'. En él se pone en
evidencia la existencia de un número importante de sociedades médicas con lazos
comerciales no sólo con la industria farmacéutica (algo que ha venido
ocurriendo a lo largo de décadas) si no con otro tipo de compañías, la mayoría
de ellas del sector de la alimentación.
A las sociedades científicas les pasa como a otras muchas
organizaciones que no pueden tener una actividad importante si su financiación
proviene únicamente de la cuota que pagan sus afiliados. Incluso las más
numerosas y, por tanto, las que más dinero recaudan de sus socios, necesitan
recursos externos para afrontar los gastos que tienen muchos de sus proyectos.
Desde hace algunos años, las sociedades médicas se han
profesionalizado tanto que entre sus altos directivos se encuentran ejecutivos
expertos en gestión, en marketing y en ventas. Son profesionales encargados de
sanear las cifras y tratar de tener a fin de año una cuenta de resultados en
negro, lo más abultada que se pueda.
También desde hace tiempo a estas sociedades se acercan
sectores empresariales que casi nunca han estado vinculados al área de salud.
Proliferan en revistas y webs las fotos de directivos de un sector y de otro
firmando acuerdos en los que comparten sus logos y alianzas.
Ahora lo frecuente es que, independientemente de los cursos
para profesionales avalados por una sociedad médica que patrocina un
laboratorio farmacéutico, algunos médicos estén cerca de galletas, yogures,
margarinas, leches, bebidas azucaradas, frutos secos, carnes magras, grandes
superficies y hasta compañías petrolíferas.
De acuerdo con la información que publica 'Revista Médica'
hubo una sociedad que ingresó 1.587.000 euros en 2011 en concepto de prestación
de servicios en forma de patrocinios de congresos y otras subvenciones.
El problema que tienen las sociedades médicas, también
extrapolable al que suele tener cualquier institución relacionada con salud y
sanidad, es que son mucho más vulnerables ante la opinión pública que la
mayoría de las otras industrias. La salud es un bien tan preciado, y tan caro el
tratar de recuperarla cuando se ha perdido, que cualquier cosa en la que se
atisbe un posible conflicto de interés entre sectores involucrados en aliviar
el dolor y la enfermedad de los pacientes se magnifica mucho.
La polémica sobre los conflictos que puedan ocurrir en el
mundo biomédico no es algo limitado únicamente a España. Está presente en casi
todo el mundo.
Independientemente de escándalos mayúsculos como los que han
existido en China con algunas farmacéuticas como GSK, en el Reino Unido también
se está cuestionando si una sociedad médica tiene, por ejemplo, que avalar el
papel de los estanoles añadidos a productos alimenticios para combatir un
colesterol alto.
Es cierto que para sacar adelante estructuras complejas y
proyectos con algo de calado hacen falta recursos, que en el caso de las
sociedades médicas se quedan en poca cosa si se depende únicamente de cuotas de
afiliados. Se entiende por lo tanto que estas instituciones traten de conseguir
financiación externa que sufrague los costes elevados que deben soportar.
Lo que se entiende mal es que algunas se hayan aproximado
tanto al mundo comercial que empiecen a aparecer entre sus afiliados voces que
piden cierto distanciamiento con las marcas comerciales que se anuncian un día
sí y otro también en la televisión.
El titular de 'Revista Médica' -'Sociedades Científicas,
S.A'-, siendo un buen titular, es preocupante para aquellos que creen que
cuando se habla de salud y medicina cualquier cosa que roce un posible
conflicto de interés debe evitarse siempre.
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