La voz de su amo

¿Se puede morder la mano de quien te da de comer?

Después de las últimas avalanchas de noticias en contra del uso de los cigarrillos electrónicos, uno no puede dejar de preguntarse el origen de estas y el fin que se persigue.

¿A quién beneficiaria, que se prohibiese el uso de los cigarrillos electrónicos?

La lista sería interminable, desde los gobiernos que no pueden grabar impuestos como los aplicados en el tabaco, tabacaleras que ven que sus ventas descienden, estancos que pierden su clientela después de años de fidelidad, etc.

Pero uno de los más beneficiados, sería el sector farmacéutico.

Durante decenas de años, los fumadores hemos sido engañados, incitándonos a fumar, a iniciarnos en el mundo glamuroso y cool del humo de los cigarrillos que nos hacían sentir como estrellas de Hollywood.

Nadie nos hablaba de las maldades del producto, de cómo nos estaba matando día a día, cigarrillo a cigarrillo.

Cuando empezaron a hacerse populares los estudios sobre los efectos del tabaco, y se empezó a tomar consciencia de que fumar era malo, millones de fumadores nos dimos cuenta de que teníamos que abandonar ese hábito que nos conducía directamente al patíbulo.

Si habíamos sido un gran negocio para las tabacaleras, ahora lo empezábamos a ser para las farmacéuticas y sus milagrosos sistemas para abandonar el tabaco.

Millones de fumadores intentando dejar el tabaco, y buscando métodos para hacerlo, que gran mercado naciente para las siempre altruistas empresas farmacéuticas.

De repente surge en el mercado el cigarrillo electrónico, que está ayudando de verdad a los fumadores a abandonar el tabaco, produciendo un negocio de millones de dólares, dólares que no van a parar a las arcas de farmacéuticas.

¿Por qué los médicos no apoyan masivamente el uso del cigarrillo electrónico?

Hemos llegado al punto al que hace referencia el titulo de este artículo.

Creo que todo el mundo sabe cómo funciona el trabajo de un visitador médico, como se premia a los doctores obedientes con viajes, comisiones, regalos, convenciones en lugares paradisiacos.

¿De verdad alguien piensa que no van a decirnos que es mucho mejor un parche de nicotina, o pastillas, o toda esa bazofia que no sirve para nada más que enriquecerlos a ellos?

Despertemos, ha llegado el momento de ver la realidad, no solo de mirar, sino de ver y comprender que estamos solos, que pare ellos no somos más que clientes.

Que no nos engañen, hace muchos años que ya no somos sus pacientes, somos sus clientes, y cuando nos miran no ven la cara de una persona, sino un billete de dólar.