Mi historia es la muchos.
Crecí ente humos. El tabaco era signo de distinción y poder. Un puro habano marcaba las diferencias y un cigarrillo americano era el paradigma del buen gusto. Me dijeron que aquello era bueno, y me lo creí. Y fumé.

Pero, como todo lo hacen por mi bien, me ofrecieron una cura a mis males. De acuerdo con la industria farmacéutica, surgieron sustitutivos a precios escandalosos que prometían resolver mi problema. Y probé, y pagué, y seguí fumando.
Hoy he decidido seguir una moda snob que me ha permitido ser un poco más libre. Ya no fumo. Dicen que quieren prohibirla porque no se ha demostrado que no es mala. Pero, como te hace más libre, se ve que no debe ser bueno.
Déjenme ya de una buena vez, dejen de decirme lo que es bueno o malo, déjenme decidir lo que quiero, no se metan más en mi vida porque mis errores ya los pago yo, y lo peor es que los suyos también.
Fuente: Jaurelioperez en www.vapeando.com
Felicidades por el artículo.
ResponderEliminarCuanta verdad se refleja en esos parrafos. Pero claro se están dando cuenta del negocio que se están perdiendo y de alguna manera tiene que empezar a incarle el colmillo.
ResponderEliminarExpectacular Jose.
ResponderEliminarNo te lo habia dicho antes, pero Chapeau