domingo, 24 de noviembre de 2013

Dejenme decicir por mi...




Mi historia es la muchos.
Crecí ente humos. El tabaco era signo de distinción y poder. Un puro habano marcaba las diferencias y un cigarrillo americano era el paradigma del buen gusto. Me dijeron que aquello era bueno, y me lo creí. Y fumé.

 




Después me dijeron que de lo dicho, nada. Que el tabaco era un engendro del averno y que no había cosa peor, y que por eso debía ser castigado por mis pecados. Mi penitencia sería añadir a mi sentimiento de culpa una onerosa multa. Y lo acepté, pagué, y seguí fumando.


 Pero, como todo lo hacen por mi bien, me ofrecieron una cura a mis males. De acuerdo con la industria farmacéutica, surgieron sustitutivos a precios escandalosos que prometían resolver mi problema. Y probé, y pagué, y seguí fumando.
 

Hoy he decidido seguir una moda snob que me ha permitido ser un poco más libre. Ya no fumo. Dicen que quieren prohibirla porque no se ha demostrado que no es mala. Pero, como te hace más libre, se ve que no debe ser bueno. 

Déjenme ya de una buena vez, dejen de decirme lo que es bueno o malo, déjenme decidir lo que quiero, no se metan más en mi vida porque mis errores ya los pago yo, y lo peor es que los suyos también.

Fuente: Jaurelioperez en www.vapeando.com

3 comentarios:

  1. Cuanta verdad se refleja en esos parrafos. Pero claro se están dando cuenta del negocio que se están perdiendo y de alguna manera tiene que empezar a incarle el colmillo.

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  2. Expectacular Jose.
    No te lo habia dicho antes, pero Chapeau

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